domingo, 30 de agosto de 2009

La izquierda frente a Enrique Peña Nieto.

Enrique Peña Nieto, el represor de San Salvador Atenco, va a la cabeza de las preferencias electorales en la última encuesta de la empresa ISA. No obstante que López Obrador es un personaje que ocupa el segundo sitio nacional en esa encuesta, la izquierda mexicana electoral bajó al 14 % de las preferencias electorales en el país. Lo preocupante es que la campaña sucia no solo ha disminuído al candidato de la izquierda, mientras que el hijo preferido de Atlacomulco, goza de todo el apoyo de los grupos hegemónicos del país.

Peña Nieto y Angélica Rivera.

La pregunta que tendríamos que lanzarles a los miembros del movimiento lopezobradorista, a los de la Otra Campaña, a la Coordinadora Nacional de lucha Contra el Neoliberalismo, es ¿Qué harán frente a la aplanadora electoral que prepara Peña Nieto, el PRI, los medios de comunicación, para detener otra década de un desastre nacional?

La realidad en nuesto país es compleja. Un narcotráfico galopante que no sólo golpea a miles de miserables que han buscado cómo sobrevivir, sino a los campesinos que tienen que resistir el único gobierno que opera en sus zonas dominadas por el crimen organizado. ¿Autodefensas contra los narcotráficantes en el medio campesino? O ¿Asimilación al rumor que conceptúa el problema como un narcotráfico insurgente? ¿Cuál es la posición de la izquierda ante tal situación de cosas?

Con un López Obrador disminuído ante los ataques mediáticos y la desinformación. ¿Qué hará el subcomandante Marcos? ¿Avanza quizás la guerrilla activa? Mientras que al parecer la opinión generalizada es salir de esta como sea, aunque lo que sea sea el PRI. ¿Qué nos espera con Peña Nieto? ¿Cómo se responderá a este momento? ¿Con fatalismo?

martes, 11 de agosto de 2009

La izquierda en el nuevo milenio

Sin la izquierda mexicana sería imposible pensar los grandes cambios del México contemporáneo. La transición democrática iniciada entre 1996 y 1997 con la reforma electoral y la ciudadanización del IFE fue un frente entre la derecha y la izquierda, para remover al régimen de partido hegemónico. Fox no llegó solo en el 2000, la izquierda estuvo presente a través del voto útil, sin embargo Fox traicionó la transición democrática y con ello canceló los avances logrados en tan solo media década.

A diferencia del Frente Popular español, como respuesta a la CEDA, derecha española durante la República, la izquierda mexicana no pudo configurar un gran frente electoral que derrotara a la derecha a finales de los años 90. Esta imposibilidad de tejer una fuerte alianza entre la izquierda social y la izquierda electoral, ha sido una de las grandes trabas a inicios del milenio.

Marcha de la otra campaña

El EZLN no pudo ir más allá y no pudo revertir la cancelación de los acuerdos de San Andrés Larrainzar. Ni con la VI Declaración de la Selva Lacandona, pudo configurar un gran frente social que pudiese revertir el avance de la derecha. La "Otra" fue el intento más serio para intentar configurar una izquierda independiente, una fuerza social que fuese capaz de revertir la embestida neoliberal en el país. Ese intento sin embargo fue incapaz de detener el avance de la derecha y su consolidación en el gobierno. Marchó a la cola, al final del movimiento de masas más importante en esta década, deslindándose pero sin comprender que una parte importante de las masas estaba al seno del lopezobradorismo.

Represión en San Salvador Atenco, Estado de México.

La derecha pudo golpear por separado a la "Otra" que había apoyado a los campesinos en Atenco, sin que el lopezobradorismo hiciera frente con los reprimidos. Atenco fue presa de un linchamiento fraguado desde las altas esferas del poder por el priísmo de Atlacomulco y Peña Nieto y por el foxismo.

Al mismo tiempo que la derecha atacaba al lopezobradorismo, preparaba la represión en el Estado de Oaxaca. La "Otra", el pueblo de Oaxaca como componentes de la izquierda social, terminaron separándose del movimiento lopezobradorista, lo que implicó que los movimientos de masas que luchaban en contra de una derecha unida electoralmente, no presentaron un frente, sino que se dispersaron en intentos diferentes.

La izquierda electoral enfrentó con un gran movimiento de masas las medidas antidemocráticas de la derecha. Pero no se pudo empatar las causa del pueblo oaxaqueño con la causa de Atenco. Desconfiando unos con otros, se movieron por separado.

Marcha contra desafuero de Andrés Manuel López Obrador, es indudable que el lopezobradorismo fue una fuerza de masas.

La izquierda mostró no sólo su capacidad de movilización de masas, sino su capacidad de resistencia. Los esfuerzos fueron inútiles porque la izquierda electoral jaló separada de la izquierda social, cada una por su lado, sin presentar un solo frente. A estas alturas, ninguna de las dos pudo impedir el encumbramiento de la derecha en el poder a través del fraude electoral. En México, se dejó escapar las condiciones de modificar el entorno político adverso para la izquierda.

Derrotado el esfuerzo para revertir el fraude electoral, la derecha atacó militarmente la resistencia del pueblo oaxaqueño y redujo el movimiento a través de la represión. Ni la enorme capacidad de resistencia mostrada pudieron impedir el aplastamiento.

Manifestante resiste en Oaxaca

A diferencia de Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Brasil , Ecuador y Argentina, la izquierda mexicana no pudo en esta década de inicios de milenio, revertir el frente de la derecha de maner unificada. La derecha ha mostrado gran unidad en momentos específicos, mientras que la izquierda ha planteado un abanico de opciones.

La transición es una tarea pendiente en el que la izquierda, golpeada y sumamente atomizada se ha debilitado. Sin la izquierda mexicana es muy difícil lograr los equilibrios que el país necesita y meter la presencia de las clase más necesitadas.