sábado, 20 de febrero de 2010

La esperanza por un Izquierda indómita


Portada de la Revista Autogestión # 3 órgano del Partido Mexicano del Proletariado en 1981
En los años 70, en plena discusión de la Reforma Política de 1977, la izquierda mexicana resistía mayoritariamente al camino electoral. Uno de los últimos bastiones de esta razón lo constituye sin duda el Partido Mexicano del Proletariado, el PMP, que señaló sin reserva alguna que la izquierda electoral representada en ese momento por el PCM, el PMT y el PRT terminaría constituyéndose en la Izquierda Amaestrada del país.
Adolfo Gilliy, entonces conocido trotskista posadista y miembro del PRT, concluyó tratando de ironizar frente a esa frase diciendo que el PMP constituía la izquierda indómita.
Más tarde Gilly acabaría siendo el personero más cercano de Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, fundiéndose a la izquierda electoral del nacionalismo revolucionario, ruptura ideológica en el seno del PRI.
Jamás el PMP terminó atada al cabús de la Reforma Política como acabarían otros opositores como Rosario Robles, entonces dizque opositora del entreguismo electoral. El PMP no existe ya orgánicamente, pero existe aún su programa histórico de transformación desde la ruptura con el Partido Comunista y posteriormente en su aventura dentro del espartaquismo mexicano. El PMP terminó defendiendo un programa de 14 puntos que prometo empezar analizar en Kratos y Ethos