sábado, 18 de enero de 2020

imposible diálogo

Un síntoma del momento presente.

Difícil sin duda conversar con quienes no escuchan, se hablan a sí mismos y ante la imposibilidad de reproducir honestamente los argumentos del interlocutor, se dedican a fabricar argumentos débiles a modo para de esta manera querer ganar el debate. Eso es profundamente deshonesto y un autoengaño que se produce por mediocridad e incapacidad.

Lo lamentable es que se ha convertido en algo muy común. No son uno, ni dos, en redes abundan como una plaga que va destruyendo foros de discusión o va cancelando grupos en las redes sociales. Los "hombres de paja" son argumentaciones falaces que eluden la discusión de fondo. Lo peor es que algunos de los que la realizan, buscan convencer repitiendo estos falsos argumentos.

Tropiezos

Aunque uno elude a este tipo de personas, ellas se enganchan en tratar de demostrarse a sí mismos la posibilidad de derrotar a los que ellos consideran mejores, pero que tratan de demostrar al público que son inferiores o que su estatura es una falsedad. He escuchado afirmaciones categóricas inverosímiles como argumentos absurdos que jamás he dicho. Cuando tienes una práctica que te permite analizar en profundidad, hay siempre quien sale con palabrerías y baladronadas.

Sin caer en los anatemas Ad hominem, no se puede eludir la reflexión de fondo de que estas personas tienen problemas serios que los impulsan a mentir y a reflejar su complejo de inferioridad. Sus recursos son múltiples como sesgar los argumentos y tratar de defenderse inventando a uno argumentos que jamás uno dice, pero que ellos dicen que uno dice. Es de verdad una auténtica pérdida de tiempo.

Uno sigue, sobre todo si ha sido docente, la máxima de explicar con paciencia y de la manera más sencilla, buscando el argumento de peso y el análisis crítico en los temas. Vivimos sin embargo tiempos de intolerancia donde las personas no escuchan, se escuchan a sí mismos y repiten clichés tan dogmáticos que cualquier persona con un mínimo nivel de análisis evita tropezar.

No perder el tiempo

Lo mejor en este tipo de situaciones, cuando el personaje en cuestión entra en el cretinismo de discutir por discutir; es poner la retirado y evitar ya cualquier tipo de confrontación. Es difícil porque a veces el costo de esta pérdida de tiempo es que estos personajes se enchilan y comienzan a ser verdaderos troles en las redes. No basta decir que uno no quiere discutir. La acción de estas personas es aludir desde lejos e inventar discusiones que no existen. Plagadas de mentiras, medias verdades, falacias, paralogismos y razonamientos circulares. Esta intolerancia es un síntoma de la crisis y la descomposición que vivimos en el tiempo presente.