sábado, 14 de febrero de 2009

El marxismo dogmático y la crítica de la razón dialéctica.

"La nacionalización de los medios de producción y el dominio autoritario del
gobierno ciertamente diferenciaron al sistema bolchevique del sistema
capitalista occidental. Pero esto no alteró las relaciones sociales de
producción que, en ambos sistemas se basaba en el divorcio entre los obreros y
los medios de producción y en la monopolización del poder político en manos del
Estado. No era ya el capital privado sino el capital controlado por el Estado el
que ahora se oponía a la clase obrera y perpetuaba la forma de salario-trabajo
en la actividad productiva, al mismo tiempo que permitía la la apropiación del
excendente-trabajo por intermedio del Estado. Aunque el sistema expropió el
capital privado, no abolió la relación capital-trabajo en la que se basa la
actual dominación de clase. Entonces, sólo era cuestión de tiempo que emergiera
una nueva clase dominante, cuyos privilegios dependen precisamente del
mantenimiento y la reproducción del sistemas de producción y distribución
controlados por el Estado como la única forma realista del socialismo
marxista" (1)

Ya en 1979 Paul Mattick, un marxista de la izquierda comunista alemana tenía clara la visión del capitalismo de Estado que existía en Rusia como forma que desembocó a la revolución rusa entre 1917 y 1927. La derrota de la revolución mundial en Alemania, Hungría e Italia, así como la imposibilidad de extensión internacional a Gran Bretaña, Francia y los Estados Unidos, determinaron la derrota del movimiento obrero internacional.

Parte del uso del marxismo ruso hasta convertirse en una ideología de Estado impregnaron a la teoría rusa, forma regional del marxismo, del planteamiento bolchevique a una concepción dorgmática que fue nombrada por Stalin como el "marxismo-leninismo" y convertida en una doctrina de Estado, de forma oficial , la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.


Parte de la teoría doctrinal del estado ruso convirtió el marxismo en una doctrina que debía divulgarse en el movimiento obrero desde el Estado ruso. Primero Ediciones de Lenguas Extranjeras y posteriormente la Editorial Progreso, se encargaron no sólo de la difusión selecta de las obras de Marx y Engels, sino que elaboraron textos facilitadores de una teoría crítica que aparecía difícil para el común denominador de los obreros y de los ciudadanos comunes.

Como ya había pasado desde la divulgación del marxismo por la II Internacional, la difusión de la obra comenzó a cesgarse bajo el interés de las corrientes reformistas, llamadas más tarde revisionistas, para hacer sobresalir los textos que apoyaban sus tesis y omitir aquellos que parecían cuestionar sus preceptos. La divulgación del marxismo no estuvo jamás exenta de una hermenútica adecuada de la obra y un uso y un abuso de los textos para reforzar y basar posiciones políticas de tiempos posteriores.


La operación teórica del revisionismo consistía en no sólo hacer una selección de textos, sino de divulgar el marxismo a través de textos "facilitadores", dónde no sólo se adulteraba el sentido original, sino que se proponían tesis que reducían de manera extraña el planteamiento de Marx. La justificación a estas operaciones recayeron en una metafísica del tiempo y no en una operación crítica de fondo. Se trataba de omitir lo que no les gustaba o no favorecía su pensamiento diciendo que los tiempos de Marx eran diferentes y que ahora se vivían "nuevos tiempos". Así que Kautsky, Bernstein y otros adaptarían y desarrollarían la teoría a los nuevos tiempos. Esta visión con mayor purdencia la emprendieron también marxistas intachables como Vladimir Ilich Ulianof (Lenin), Rosa Luxemburg y Lev Davidovich Braunstein (Trotsky).


El trabajo crítico-comparativo entre la obra de Marx y sus seguidores posteriores ha arrojado diferencias que distancian la obra inicial de obras posteriores en determinados conceptos, algunas veces de forma positiva, algunas veces en retroceso. Esta misma tensión permite repensar el marxismo mismo y valorar sus aportaciones. A tal grado ha llegado la necesidad de diferenciación del pensamiento que los estudiosos de la obra de Marx suelen usar el neologísmo de teoría marxiana para ubicar la obra inicial y marxismo para calificar a las obras posteriores.


Para la Segunda Posguerra del siglo XX, el pensamiento crítico y la inteligencia euoropea no podían seguir aceptando que el pensamiento crítico de Marx se reducía a 3 leyes fundamentales y a 5 categorías, como lo proponía el marxismo-leninismo en obras como Fundamentos de filosofía de V. Afanasiev o en planteamientos similares que se realizaban en el "manual de divulgación" de Politzer. Ninguno de los filósofos de la talla de Walter Benjamin, Ernst Bloch o el propio Korsch, podía ver en la doctrinal soviética sino un planteamiento reduccionista mecánico.


A la divulgación del marxismo a través de manuales, se le denominó la vulgarización del marxismo y al marxismo estalinista y algunas de sus derivaciones como el trotskismo, el estalinismo chino (maoísmo) comenzó a llamarsele indiferenciadamente marxismo vulgar o marxismo dogmático. La doctrina oficial marxista del Estado ruso dejó de ser respetada entre los intelectuales europeos del siglo XX.


Las resoluciones del XX Congreso del PCUS, y la desestalinización vinieron a confirmar que el estalinismo había sido un elemento represivo y dogmático contra el marxismo. En esa transición se liberaron obras que no habían sido leídas en América Latina como la Crítica al Derecho de Hegel, la Cuestión Judía y otras obras, dónde Marx se deslinda del estatismo y marca la crítica marxista al Estado. A tal grado fue esta revolución de refresco de las obras de Marx, que se produjeron cismas como el movimiento espartaquista mexicano que hemos reseñado. Mattick acudió en 1978 a la Universidad Autónoma Metropolitana dónde declaró con todas sus letras.

"La Unión Soviética y China son agencias burocráticas contrarrevolucionarias"

Es en ese contexto, que desde los años 50, los intelectuales críticos vienen hablando del marxismo vulgar, para referise al marxismo estalinista de la Unión Soviética. El enfrentamiento no sólo se dio contra Herbert Marcuse en los 60, sino CONTRA el propio Jean Paul Sartre, que dedicó dos de sus principales obras a debatir con los "marxistas" soviéticos. La crítica de la razón dialéctica y un ejercicio práctico para mostrar la incapacidad del marxismo dogmático para entender las singularidades: El idiota de la familia que es un estudio sobre Flaubert.

JP Sartre fue un militante del Partido Comunista Francés, del cuál comenzó a distanciarse contra lo que denominó la dialéctica dogmática. (2) Debemos entender el dogmatismo del marxismo ruso y su visión fija de conceptos para entender lo que es el mundo, lleva a un pensador crítico de la complejidad de Sartre a cuestionar sobre si el mundo puede entenderse mediante conceptos preconcebidos y cerrados. El determinismo de la doctrina rusa y su falta de reflexión sobre el papel del sujeto que piensa y actúa en las acciones, lleva a Sartre a realizar un conjunto de preguntas. En La crítica de la razón dialéctica busca un acercamiento con el marxismo de Marx y rechaza el determinismo mecánico propio del estalinismo.


El marxismo no es un pensamiento que establece una visión preconcebida, como toda dialéctica crítica se ubica en la tensión entre las singularidades, las totalizaciones y el pensamiento que las produce. Por ello, es inaceptable la reducción de la historia a conceptos preconcebidos y no abiertos como lo realiza el estalinismo ruso. Sartre en su obra lanza más preguntas que respuestas y ello se debe a que es perfectamente conciente de que la realidad es una tensión entre la existencia humana y el mundo.


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(1) Mattick P. "Marxismo: Ayer, hoy y mañana" en Nueva Política Volúmen II, núm. 7 México DF 1979. p. 10. Paul Mattick fue un obrero industrial que participó en su juventud en la revolución alemana entre 1918 y 1923, miembro del Partido Comunista Obrero de Alemania (KAPD) y posteriormente en el exilio colaborador de la Izquierda comunista alemana en el exilio. Junto con Anton Pannekoek, Karl Körsch y otros elaboró la revista Internacional Council Corresponadance, Living Marxism y News Ensays. Uno de los principales críticos a la teoría económica keynesiana en su textos Marx y Keynes editado en México por editorial ERA y Crítica a la teoría económica contemporánea en la misma editorial.

(2) Ver al respecto "A. Dialéctica Dogmática y dialéctica crítica" en La crítica de la razón dialéctica España Obras Completas en dónde dice "¿Se acusará de idealismo la preocupación por fundar la dialéctica marxista de otra manera por su contenido, es decir, de otra manera que por los conocimientos que ha permitido adquirir? p. 1073