sábado, 20 de agosto de 2011

Jaque Mate.

Las hombres y las mujeres nos entendemos en nuestras circunstancias propias. Recientemente un doctor canadiense con el que tuvimos el placer de intercambiar experiencias nos decía algo certero. En la vida hay muchos tipos de personas, con opiniones y actitudes ante la vida diferentes, nadie tiene porque maltratar o ejercer violencia contra alguien por su forma de ser. No tenemos dobles lecturas, ni misterios, cuando llegamos a la determinación de quién es una persona ya no hay ni misterio, ni tenemos que proceder contra ella de la misma forma en que los acosadores y los violentos se dirigen contra nosotros.

Esto quiere decir que el juego de la amenaza y el miedo terminó hace mucho tiempo. Vivimos en un país de leyes y nos atenemos a ellas. La ley no es para los demás y no para mi mismo, la ética no es para que los demás se guien, sino que guía mi propio comportamiento.

Para entender a los demás hay que acercarse a los demás, no verlos a la distancia e interpretar lo que queremos de ellos a nuestro antojo.