sábado, 3 de octubre de 2009

Las redes del poder, ¿Enrique Peña Nieto?

Uno pensaría que las redes del poder se tejen sólo en las reuniones de los muy grandes y todopoderosos personajes del México contemporáneo. Diego y Carlos, Slim y Helú, Roberto Hernández y el dueño de Bimbo o Azcárraga. Para los mortales como nosotros, esas reuniones no sólo son inaccesibles, estamos totalmente marginados de ellas. ¿Dónde podemos leer el ruido? Cuando no podemos observar desde las grandes olas, el tsunami se ve en el aumento de las pequeñas.

El interés de la élite por neutralizar y comprar a "Juanito" para disminuir a Brugada, indica que el poder tiene un gran plan que comienza a verse en muchos lados. Cuando las cosas raras comenzamos a verlas entre los grupos de abajo, entonces quiere decir que la carrera del 2012 se empieza a vislumbrar en la compra de los aparentes de izquierda.

Hace unos días he presenciado una gran actividad, en torno a un grupo que desde una dependencia del sector educativo ha querido apropiarse al mismo tiempo del sindicato, de las direcciones de la institución y para ello ha utilizado grupos que aparentan pertenecer a la otra campaña, a la izquierda perredista. Empoderarse al mismo tiempo en un sindicato y una institución parecería ser la preparación de una toma del poder, pero no es así, atrás de toda la oleada ha estado un personaje que pertenece al PRI y que ha venido maiceando a estos grupos que ahora extrañamente se coaligan para aprovechar cualquier viso de descontento y encausarlo por la vía de su control al capital político del que se quiere apropiar.

Estar atentos a los grupos con financiamiento y pasado de recepción, es una alerta para ver las pequeñas olas que preparan al tsunami llamado Peña Nieto. Estas redes se extienden no sólo por los canales del funcionariato, sino entre sindicalistas, académicos y aparentes líderes sociales que comienzan a moverse para copar y controlar toda reacción que pueda venir por la catastrofe que se nos avecina, la crisis económica y social que vivimos, una crisis cuyos efectos devastadores no están aún a la vista.

Preocupa con especial enfasis la provocación que se puede montar en universidades públicas, dónde estas redes comienzan a  trabajar. No podemos irnos con la finta y pensar que cualquier movimiento de corte estudiantíl, académico o de trabajadores tenga sólo propósitos buenos. Debemos estar muy avispados porqué la provocación se puede disfrazar de movimientos estudiantiles de carácter radical , vulnerar las instituciones públicas puede venir de grupos organizados para aparentar una cosa así, cuando en el fondo lo que se puede pretender es atacar a las propias instituciones y crear un caos que genere la apariencia, de que Peña Nieto u otras autoridades tienen la posibilidad de resolver los problemas.

Los priístas ya están colocando a su gente en lugares claves, ante la ineptitud y la ineficiencia del panismo, en contra de quienes han defendido a las universidades públicas como institución. Recordemos que no sólo el porrismo fue un recurso de los gobiernos del PRI, sino que el financiamiento de grupos como el de Salinas a grupos maoístas fue parte de la covertura de manipulación del poder por fuera de la universidad. Debemos estar atentos a la infiltración dentro del movimiento democrático, al cuál le esperan momentos difíciles.

La provocación puede estar dentro del movimiento, las marchas pacíficas del 2 de octubre nos muestran que para los provocadores no es difícil infiltrarse. La descomposición social afecta al movimiento


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