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martes, 11 de agosto de 2009

La izquierda en el nuevo milenio

Sin la izquierda mexicana sería imposible pensar los grandes cambios del México contemporáneo. La transición democrática iniciada entre 1996 y 1997 con la reforma electoral y la ciudadanización del IFE fue un frente entre la derecha y la izquierda, para remover al régimen de partido hegemónico. Fox no llegó solo en el 2000, la izquierda estuvo presente a través del voto útil, sin embargo Fox traicionó la transición democrática y con ello canceló los avances logrados en tan solo media década.

A diferencia del Frente Popular español, como respuesta a la CEDA, derecha española durante la República, la izquierda mexicana no pudo configurar un gran frente electoral que derrotara a la derecha a finales de los años 90. Esta imposibilidad de tejer una fuerte alianza entre la izquierda social y la izquierda electoral, ha sido una de las grandes trabas a inicios del milenio.

Marcha de la otra campaña

El EZLN no pudo ir más allá y no pudo revertir la cancelación de los acuerdos de San Andrés Larrainzar. Ni con la VI Declaración de la Selva Lacandona, pudo configurar un gran frente social que pudiese revertir el avance de la derecha. La "Otra" fue el intento más serio para intentar configurar una izquierda independiente, una fuerza social que fuese capaz de revertir la embestida neoliberal en el país. Ese intento sin embargo fue incapaz de detener el avance de la derecha y su consolidación en el gobierno. Marchó a la cola, al final del movimiento de masas más importante en esta década, deslindándose pero sin comprender que una parte importante de las masas estaba al seno del lopezobradorismo.

Represión en San Salvador Atenco, Estado de México.

La derecha pudo golpear por separado a la "Otra" que había apoyado a los campesinos en Atenco, sin que el lopezobradorismo hiciera frente con los reprimidos. Atenco fue presa de un linchamiento fraguado desde las altas esferas del poder por el priísmo de Atlacomulco y Peña Nieto y por el foxismo.

Al mismo tiempo que la derecha atacaba al lopezobradorismo, preparaba la represión en el Estado de Oaxaca. La "Otra", el pueblo de Oaxaca como componentes de la izquierda social, terminaron separándose del movimiento lopezobradorista, lo que implicó que los movimientos de masas que luchaban en contra de una derecha unida electoralmente, no presentaron un frente, sino que se dispersaron en intentos diferentes.

La izquierda electoral enfrentó con un gran movimiento de masas las medidas antidemocráticas de la derecha. Pero no se pudo empatar las causa del pueblo oaxaqueño con la causa de Atenco. Desconfiando unos con otros, se movieron por separado.

Marcha contra desafuero de Andrés Manuel López Obrador, es indudable que el lopezobradorismo fue una fuerza de masas.

La izquierda mostró no sólo su capacidad de movilización de masas, sino su capacidad de resistencia. Los esfuerzos fueron inútiles porque la izquierda electoral jaló separada de la izquierda social, cada una por su lado, sin presentar un solo frente. A estas alturas, ninguna de las dos pudo impedir el encumbramiento de la derecha en el poder a través del fraude electoral. En México, se dejó escapar las condiciones de modificar el entorno político adverso para la izquierda.

Derrotado el esfuerzo para revertir el fraude electoral, la derecha atacó militarmente la resistencia del pueblo oaxaqueño y redujo el movimiento a través de la represión. Ni la enorme capacidad de resistencia mostrada pudieron impedir el aplastamiento.

Manifestante resiste en Oaxaca

A diferencia de Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Brasil , Ecuador y Argentina, la izquierda mexicana no pudo en esta década de inicios de milenio, revertir el frente de la derecha de maner unificada. La derecha ha mostrado gran unidad en momentos específicos, mientras que la izquierda ha planteado un abanico de opciones.

La transición es una tarea pendiente en el que la izquierda, golpeada y sumamente atomizada se ha debilitado. Sin la izquierda mexicana es muy difícil lograr los equilibrios que el país necesita y meter la presencia de las clase más necesitadas.


sábado, 18 de julio de 2009

La izquierda social en los 80 y 90, su disociación antes de la Reforma electoral.

La izquierda electoral, nunca debería olvidar, que los grandes cambios en el régimen no fueron producto, ni de su organización política, ni de sus gestiones partidarias y legislativas. Este es el olvido que ha venido descuidando que la única posibilidad que tiene la izquierda electoral actual es resarcir su alianza con la izquierda social y con la propia sociedad mexicana en su conjunto.

Por ello se deben recuperar las grandes luchas sociales del siglo XX. El movimiento ferrocarrilero en 1958 con su bandera de libertad sindical y respeto a los derechos laborales de los trabajadores. 1968 con la demanda fundamental de distribución del poder a la sociedad y a sus sectores emergentes. 1978 como la culminación de un Estado que tuvo que reconocer la diversidad política después de una insurrección armada campesina y estudiantíl en todo el país. 1988 como la demanda social de alternancia en el poder, demanda que se ha prolongado en 2006 con el movimiento lópezobradorista, pero también con las luchas por la legitimidad de los gobernantes y la capacidad de los gobernados para revocar los mandatos de quiénes son malos gobernantes como fue el caso de Oaxaca en 2006 y en Atenco en el régimen foxista.

La izquierda social luchó por la independencia sindical de nuevo en 1975-76 en relación al movimiento electricista y luego en la oleada de protestas entre 1982-1985 contra el ataque a los salarios de los trabajadores por el neoliberalismo.

En 1985 en la articulación del movimiento urbano popular, tras el terremoto del 19 de septiembte de 1985 y posteriormente en la defensa de la educación pública en 1986 con la huelga del CEU y en 999 con la huelga del CGH.

En 1994 con la insurrección zapatista en Chiapas y las movilizaciones por los derechos y la cultura indígena.

En buena medida, la división actual de la izquierda y su crisis actual obedece al olvido que se ha tenido en el trabajo necesario en la izquierda social y al distanciamiento que el PRD ha marcado con movimientos sociales como Atenco, Oaxaca y el de muchos otros puntos del país.

Los chuchos no son otra expresión que la relación perversa de una izquierda acostumbrada a aclientelar, a utilizar y a querer manipular a la izquierda social, para posteriormente capitalizarla en favor de procesos de negociación y posicionamiento político para acumular poder. Este tipo de relación, es la que más daño le ha hecho a la izquierda electoral, pues es vista, con toda razón con desconfianza por los sectores sociales.

La fractura entre la izquierda social y la izquierda electoral, el intento de la segunda de mantener una relación para utilizar a la primera, es en buena medida la explicación de porqué se ha producido una ruptura y un ahondamiento de diferencias, que favorece sobre todo el encumbramiento del centro derecha y la derecha de nuestro país.

La izquierda ha sido la pieza clave en los cambios nacionales, pero parece que no son conscientes de ello. Mientras que en la España republicana la izquierda derrotó a la derecha en el siguiente periodo, en México, existe una notora incapacidad de la izquierda para formar un gran frente nacional que modifique la situación actual.

jueves, 1 de enero de 2009

Resistencia en Oaxaca

Vídeo sobre la resistencia Oaxaqueña 2006-2008