sábado, 14 de marzo de 2009

La izquierda mexicana entre los 40 y 50

La izquierda de los años 40 a los años 60, supuso el paso de una fuerza de apoyo al cardenismo y a la consigna del Frente Popular a una fuerza mínima de oposición al gobierno del flamante Partido Revolucionario Institucional.



La izquierda tuvo varias expresiones, unas más conocidas, otras menos. La acción de Vicente Lombardo Toledano como "embajador" indirecto de la URSS en México, incluso por encima del propio Partido Comunista Mexicano. El PCM que había colaborado con el gobierno y a veces en contra de él en la organización campesina con las Ligas de Resistencia Agraria de Úrsulo Galván y también en el reparto agrario.


Sin el PCM sería impensable la organización campesina en Veracruz y en la Laguna. Pero el PRM terminó apoderándose y conduciendo las organizaciones campesinas siempre a su favor.


Tampoco sería pensable la organización del sindicato petrolero en la propia estrategia cardenista de la nacionalización en 1938. Es sabido que Cárdenas se reunió con la dirección nacional del PCM para confiarles la organización y el impulso del sindicato petrolero nacional.


La política de "Unidad a toda costa" y la influecia del browderismo en México, es decir la esperanza de que el desarrollo norteamericano acelerse el propio desarrollo de las "fuerzas productivas" latinoamericanas terminó por enviar al PCM a la cola del gobierno nacional a incios de los 40 con el gobierno de Ávila Camacho.


Las corrientes comunistas críticas aparecerían en los años 40 de manera no oficial. El trotskismo mexicano con la Liga y la corriente de la Grupo de Trabajadores Marxistas de México, con influencias significativas del Partido Obrero Comunista Alemán y la izquierda comunista italiana (bordiguista). Los miembros de la izquierda comunista marxista se contraponían no sólo al estalinismo, también a la idea de que el fortalecimiento del Estado era la vía del fortalecimiento de la lucha por el socialismo. Rechazaron el apopyo incindicional a la nacionalización petrolera en 1938, porque presagiaron el control del Estado sobre los obreros y el dominio ideológico del Estado a través del nacionalismo.


Declaraban en el núm. 2 de la revista Comunismo:


"¿Por qué... [...]...'nacionalización' no significa de ninguna manera propiedad
de la 'nación' sino única y exclusivamente propiedad del ESTADO, es decir
propiedad de una parte de la 'nación': LA BURGUESÍA cuyo instrumento es el
Estado? [...] ...con la 'nacionalización' la propiedad pasa simplemente de
capitalistas individuales añ 'capitalista colectivo' (para usar la frase de
Engels) es decir el Estado de los capitalistas? "

La influencia de la Liga de los trotskistas y del GTMM era insignificante frente al propio crecimiento que había tenido el PCM en los 30 y desde luego al demoledor control político y diplomático que ejercía el cardenismo en torno a ellos.


Al finalizar los años 50, la alianza con el gobierno y la errada política de "Unidad Nacional" seguida por el PCM terminó por darle la puntilla a la izquierda en ese periodo. El propio gobierno viraría a la derecha en los gobiernos siguientes de Ávila Camacho, Miguel Alemán y Adolfo Ruíz Corttines. Aparecería el el escenario un elemento más: el anticomunismo y su expresión más evidente en la guerra fría, la política alemanista llamada mexicanización que implicaba el ataque contra toda doctrina que el gobierno mexicano que no se distinguía mucho por su criterio consideraba "extranjerizante".


La izquierda mexicana perdió en definitiva la influencia en la Confederación de Trabajadores de México y pasó de un papel "protagónico" en la alianza con el Estado a ser grupúsculos con escasa influencia en la política nacional. El propio Lombardo Toledano tuvo que fundar un partido propio para sostener su actividad. El Partido Popular que más tarde se llamó Partido Popular Socialista, cuyo registro contribuyó a la legitimidad electoral del Estado en la época del monopolio del partido oficial. PAN, PRI, PARM y PPS fueron el régimen político con el cuál el Estado mexicano mantuvo su legitimidad.



La izquierda no podía mantener esta situación si no quería desaparecer defintivamente como opción política en nuestro país, el problema es que en los 40 había sido desplazado Hernán Laborde y Dionisio Encinas que era un verdadero analfabeta y títere de la URSS, no tenía la posibilidad de incidir en las luchas más allá de las propias consignas con la que la embajada de la URSS en México se imponía.


La Expulsión de Laborde y Valentín Campa llevó a la creación de una de las posibilidades independientes en el país. El Partido Obrero Campesino de México, el POCM y más tarde el esparaquismo en los años 60. La acción jamás dependió de la relación del PCM y el gobierno, menos cuando el propio PCM fue marginado del régimen. La izquierda social en México siguió el curso de las luchas obreras entre finales de los años 40 y finales de los 50, cuando el movimiento ferrocarrilero de 1958 cuestionó y corroboró en definitiva la existencia histórico del Partido Comunista en México.




Vale la pena hablar de la izquierda social en este periodo.





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