domingo, 25 de abril de 2010

Construir un país en paz, democratizar la sociedad.

La violencia que sufre el país abruma a sus habitantes. La respuesta pasiva recibirá mayor violencia y se constituirá en una violencia inmanejable. No queremos otra Colombia en México.
En Colombia con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico y la lucha contra la guerrilla, se ha permitido una violencia institucional, desde el Estado contra los habitantes del país.
Sabemos que las guerrillas son el resultado de levantamientos en zonas rurales y urbanas contra poderes locales que son incapaces de construir democráticamente la distribución del poder. Los agravios contra los pobres se traducen en formas de organización que constituyen autodefensas de las comunidades.
La defensa de las elites contra tales levantamientos se traducen en ejércitos convencionales que alternan las fuerzas militares y fuerzas paramilitares. Con la complacencia de la fuerza militar, las fuerzas paramilitares de Colombia aterrorizan a la población para mantener el control de los territorios.
Veamos como esta estrategia de los asesores colombianos a Calderón puede terminar como en Colombia:



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