domingo, 11 de abril de 2010

El sueño autoritario que acaricia la ultraderecha mexicana.

Son grupos marginales, pero nos dan indicios, son un buen termómetro de opinión a la hora de saber que piensan los conservadores más intransigentes del país. Así que observar a la ultraderecha mexicana nos permite conocer de antemano que medidas proponen y que tipo de trabajo están realizando.

Un ejemplo palpable fue lo que siguió a la Ley de despenalización del aborto en el Distrito Federal. Tras el revés en la Suprema Corte, la táctica de estos grupos fue apoyar y presionar a las legislaturas locales para meter un revés a la ley, aprobando el dogma de la vida desde la concepción, un dogma religioso católico.
Grupos que se autodenominan abiertamente fascistas tienen portales en Internet y aunque movilizan poca gente, tienen financiamiento de grupos poderosos en el poder. Existen particularmente dos que llaman la atención, el grupo Organización Voluntad Nacional que se ha puesto en la postura de "defender" las acciones del ejército en el asunto de la violación a los derechos humanos por la guerra de Calderón contra el Narcotráfico. Y el grupo Partido del Pueblo Águilas Mexicanas, que halaga y adula al Ejército mexicano hace mucho. Recordemos que con el PAN, una corporación del gobierno y por lo tanto laica, comenzó a introducir un cuerpo de capellanes, lo que le da entrada a la Iglesia Católica en la Institución.
¿Cuál es el interés de estos grupos "paramiliatres"? Aunque minoritarios, son la presencia latente de un conservadurismo que aspira al golpe militar y su dictadura, condiciones perfectas para la persecución y exterminio de opositores políticos de izquierda. ¿Cuál es el interés de adular al ejército en momentos en que Calderón va de picada en su aceptación política? El conservadurismo en México juega y acaricia la posibilidad de convertir a la corporación en un lugar dónde el factor militar pese. Una regresión al siglo XIX dónde el conservadurismo poseyó a una parte del ejército, hasta que los liberales los derrotaron en Calpulalpan y en Querétaro.
La división de la izquierda debe empezar a comprender que los enemigos del cambio social, apuestan a la violencia desde el poder.
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