sábado, 2 de julio de 2011

Sindicalismo, un debate difícil para el PAN.


Elba Esther Gordillo no es al parecer el tema favorito para el Partido Acción Nacional. Todo su discurso incongruente puede mostrarse en este botón. La cacique del mayor sindicato de América Latina, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación SNTE confiesa sus intimidades con el poder:

"Confesó que con Felipe Calderón, entonces candidato presidencial del PAN, realizó previos acuerdos de orden político que no le avergüenzan: así llegó Miguel Ángel Yunes al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste); Roberto Campa al Sistema Nacional de Seguridad Pública y Francisco Yáñez a la Lotería Nacional."1

¿Se avergonzará el PAN que se la ha pasado repitiendo su oposición al viejo sistema corporativo sindical del PRI como herencia autoritaria los últimos 70 años? Calderón, Presidente por el Partido Acción Nacional terminó concediendo a la líder corporativa del SNTE la Dirección del ISSSTE, el Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Lotería Nacional.
Toda esta pobredumbre de un escandaloso comportamiento clientelar va en contra precisamente de quienes han luchado contra ella y por la democratización del SNTE en las últimas décadas. Gordillo confiesa contra López Obrador: "siempre ha trabajado con una corriente del sindicato totalmente antagónica a nosotros, asevera la lideresa magisterial". Es decir, que AMLO ha estado con las corrientes democráticas del SNTE, articuladas en la CNTE.  Jamás, nos  dice ha querido hablar con esta líder charra.

Esta es precisamente una de las partes oscuras de la incongruencia del PAN cuyo programa político, hemos sostenido aquí, se encuentra en la total bancarrota y por lo cuál será derrotado en el 2012. Hoy nadie quiere saber nada del PAN como muestran las últimas elecciones. Se retraen a sus cotos de poder.

Estos devaneos de la líder impuesta por Carlos Salinas De Gortari, no son sino el más frío cálculo, ahora que las ratas abandonan el barco hundiendose. Es claro que Gordillo apoyará a Enrique Peña Nieto, el candidato mejor posicionado y miembro del Partido Revolucionario Institucional.


Gordillo de origen priísta, salinista reconocida, entre este "nuevo" PRI neoliberal que entró con Miguel De la Madrid y que se consolidó con Carlos Salinas De Gortari.

Con las nuevas ideas priístas, a las que se subsumió el PAN más tarde, el neoliberalismo se consolidó en nuestro país por más de tres décadas. Desde un primer momento el SNTE se convirtió más que en un sindicato de defensa magisterial, en una maquinaria electoral con cantidades signficativas de maestros que cobran en la SEP y no trabajan, porque se dedican a mantener una sofisticada maquinaria electoral que vende sus servicios al mejor postor.

Sobrevive a la debacle de Salinas y se acomoda como nueva pieza en el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, quién la mantiene en el sindicato y la utiliza en su apoyo. Gordillo quién fue uno de los dirigentes sindicales del régimen corporativo priísta, rompió con este partido en 2006 cuando se peleó con el Presidente del Partido, Roberto Madrazo, ella refiere así esa ruptura:

"...reveló ayer que si respaldó a Felipe Calderón para llegar a la Presidencia de la República, fue porque no podía ir con el licenciado equis, por lo que me expulsaron del PRI –en referencia a Roberto Madrazo Pintado– y el otro señor –Andrés Manuel López Obrador– no respondía, no quería hablar con nosotros"

Así las críticas de los panistas a los sindicatos y al corporativismo caen en la falta de autoridad moral. Lo mismo puede decirse de las críticas pragmáticas del PAN al "viejo" priísmo cuando ellos se encuentran apoyando el programa del "nuevo" priísmo, el priísmo neoliberal.

Dedicaremos el próximo blog a estos dos priísmos y al desprendimientos de estos últimos al programa configurado de la revolución mexicana. Hoy es común hablar de priísmo como si todos fuesen lo mismo y aplanando el proceso histórico, como si no hubiese habido momentos e historia.

La negación de la historia priísta por unos y por otros es el ardid y la coartada necesaria para ocultar el auténtico debate en torno a la ruptura nacional que vivimos.

La bancarrota del PAN oculta la bancarrota del programa neoliberal que ahora quiere volverse a presentar más vigoroso, para darnos gato por liebre y proponer más de lo mismo.




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1 La Jornada jueves 30 de junio de 2011 p.2 citado en Kratos y Ethos.

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