domingo, 29 de marzo de 2009

La izquierda mexicana en los 60 y 70 en México


La izquierda mexicana en los años 60 y 70 estará determinada por 3 grandes causales: La muerte de Stalin en 1953 y el proceso de desestalinización en la URSS en la segunda parte de los años 50, la Revolución cubana y el fracaso del Partido Comunista Mexicano en su responsabilidad en relación al movimiento ferrocarrilero de 1958.

Durante la época estalinista, el periodo de Dionisio Encinas estuvo marcado por el hecho de que el PCM estaba controlado totalmente por las directrices de Moscú. Desde los años 40, el movimiento obrero y popular en México había planteando la necesidad de tomar distancia del PRI, que respondía al ambiente anticomunista de la guerra fría y al esfuerzo de industrialización de la burguesía mexicana. Las respuestas habían sido en varios sectores, petroleros, maestros, mineros. El propio movimiento obrero había venido levantando la demanda de libertad sindical ante una situación precarea en época de auge. La actitud del gobierno siempre fue subordinar y sacrificar a los obreros en favor de una burguesía industrial mexicana que comenzó a consolidarse.


A finales de los años 40, el gobierno mexicano había definido la política del charrismo sindical, es decir, colocar a representantes sindicales corruptos, controlados por el gobierno y reprimir todo intento de que los trabajadores eligieran sus direcciones sindicales.

De León, al que le decían el charro, por su afición a la charrería, fue el modelo del líder venal que respondía al interés del gobierno en contra del propio interés de los trabajadores. Una casta burocrática sindical que se beneficiaba del control obrero y se veía premiado con su acceso a la clase política mediante su afiliación al Partido Revolucionario Institucional. Los líderes priístas se volvieron vitalicios, no respondiendo a las bases de trabajadores, las políticas de bienestar les permitieron sortear el descontento y establecer dominio en el movimiento obrero mexicano.

La persecusión contra la izquierda mexicana se incrementó, en el espionaje, los encarcelamientos y una política de agresión a los derechos civiles de los ciudadanos. Se utilizó el artículo 145 y 145 bis del código penal mexicano, para acusar a los comunistas de disolución social y enviarlos a la cárcel de la manera más arbitraria

La historia mexicana de la posguerra es una secuencia de represión y violencia en contra del movimiento obrero. Al charrazo al movimiento ferrocarrilero en los 40, siguió la represión a los mineros en los 50. Los minero realizaron una marcha desde Nueva rosita, muy cerca de Pasta de Conchos, hasta la Ciudad de México, conocida como la marcha del hambre. Una conmovedora movilización popular cuyas demandas fueron aplastadas por el Presidente Adolfo Ruiz Cortines.

La izquierda vivió en condiciones muy duras la acción militante dentro del movimiento obrero, entre los años 50 y 60 se replegaron a las universidades, cuya autonomía y desinterés del gobierno, constituyeron un buen baluarte frente a la represión. Poco a poco fueron desplazando la influencia de la derecha en la universidad y particularmente del Partido Acción Nacional, que se encontraba en las mismas.

La propia izquierda, cuyos avatares habían llevado a la expulsión del partido a personajes como Valentín Campa y otros. En los 50 se creó un nuevo partido de izquierda el Partido Obrero Campesino de México, partido en el que militó el líder ferrocarrilero Demetrio Vallejo.


Pero el impacto de movimiento ferrocarrilero se conjuntó sobre todo con la muerte de Stalin y el proceso de desestalinización. A finales de los 50, se dio a conocer el mensaje secreto de N. Kruchev, que daba cuenta de los crímenes de Stalin. El proceso de renovación que trajo movió particularmente a los militantes en México, desde dentro del PCM, se movieron tres tendencias. Una que se dirigió al electorialismo, encabezado por Arnolodo Martínez Verdugo; Revueltas y Rousset Banda encabezaron el espartaquismo, se orientaba básicamente a remarcar la necesidad de construcción del partido mexicano del proletariado en México, para ello era necesario hacer trabajo en el seno del proletariado mexicano. Esta tendencia se dividió después en la Liga Leninista Espartaco que se transformó en la Liga Comunista Espartaco y por el otro la la Asociación Revolucionaria Espartaco que derivó en el Partido Mexicano del Proletariado.

La Revolución cubana era la demostración de como un movimiento revolucionario minoritario, había logrado contagiar al conjunto de la población y tomar el poder. La teoría llamada "foco guerrillero" cambió en algunos la percepción sobre si lo que se requería era un Partido Revolucionario, o un grupo decidido de hombres que transformara el "foco guerrillero" en una insurreción. También encendió una ola de nacionalismo latinoamericano. La defensa de los países en contra del imperialismo. Ello motivó la reunión tricontinental y la Organización Latinoamericana de Solidardad. (OLAS) En México, cobijado por el cardenismo, se formó el Movimiento de Liberación Nacional.


El Estado mexicano había apoyado a Fidel Castro en su insurrección, el cardenismo en parrticular había colaborado no sólo en el entrenamiento, sino en la defensa cuando habían sido descubiertos. Cárdenas terminó abandonando el MLN a su suerte y el Estado mexicano lo repirmió.

Dentro del PPS, dirigentes locales de Chihuahua de la UGOCM se habían enfrentado con caciques locales con la indiferencia y colaboración del gobernador Gini en favor de los caciques. Los dirigentes Arturo Gamiz y Pablo Gómez solicitaron apoyo de los cubanos, que se les fue negada y por sí solos impulsaron una serie de reuniones que se denominaron "Encuentros en la Sierra", a partir de ellos decidieron la "autodefensa" y el "foco guerrillero", formando la primera guerrilla socialista mexicana, el Grupo Popular Guerrillero. Dicho grupo terminaría asaltando el cuartel militar de Madera, en el estado de Chihuahua.



Años antes, el gobierno había asesinado al dirigente zapatista de Morelos, Rubén Jaramillo, el gobierno asesinó en Xochicalco al dirigente y a toda su familia, incluyedo a su mujer que se encontraba embarazada y a sus hijos, menores de edad.

Estas grandes tendencias incidirían en el proceso de democratización del Estado, en la década de los 80 y 90.

La segunda parte de los 60 la publicaremos en la siguiente entrega

sábado, 14 de marzo de 2009

La izquierda mexicana entre los 40 y 50

La izquierda de los años 40 a los años 60, supuso el paso de una fuerza de apoyo al cardenismo y a la consigna del Frente Popular a una fuerza mínima de oposición al gobierno del flamante Partido Revolucionario Institucional.



La izquierda tuvo varias expresiones, unas más conocidas, otras menos. La acción de Vicente Lombardo Toledano como "embajador" indirecto de la URSS en México, incluso por encima del propio Partido Comunista Mexicano. El PCM que había colaborado con el gobierno y a veces en contra de él en la organización campesina con las Ligas de Resistencia Agraria de Úrsulo Galván y también en el reparto agrario.


Sin el PCM sería impensable la organización campesina en Veracruz y en la Laguna. Pero el PRM terminó apoderándose y conduciendo las organizaciones campesinas siempre a su favor.


Tampoco sería pensable la organización del sindicato petrolero en la propia estrategia cardenista de la nacionalización en 1938. Es sabido que Cárdenas se reunió con la dirección nacional del PCM para confiarles la organización y el impulso del sindicato petrolero nacional.


La política de "Unidad a toda costa" y la influecia del browderismo en México, es decir la esperanza de que el desarrollo norteamericano acelerse el propio desarrollo de las "fuerzas productivas" latinoamericanas terminó por enviar al PCM a la cola del gobierno nacional a incios de los 40 con el gobierno de Ávila Camacho.


Las corrientes comunistas críticas aparecerían en los años 40 de manera no oficial. El trotskismo mexicano con la Liga y la corriente de la Grupo de Trabajadores Marxistas de México, con influencias significativas del Partido Obrero Comunista Alemán y la izquierda comunista italiana (bordiguista). Los miembros de la izquierda comunista marxista se contraponían no sólo al estalinismo, también a la idea de que el fortalecimiento del Estado era la vía del fortalecimiento de la lucha por el socialismo. Rechazaron el apopyo incindicional a la nacionalización petrolera en 1938, porque presagiaron el control del Estado sobre los obreros y el dominio ideológico del Estado a través del nacionalismo.


Declaraban en el núm. 2 de la revista Comunismo:


"¿Por qué... [...]...'nacionalización' no significa de ninguna manera propiedad
de la 'nación' sino única y exclusivamente propiedad del ESTADO, es decir
propiedad de una parte de la 'nación': LA BURGUESÍA cuyo instrumento es el
Estado? [...] ...con la 'nacionalización' la propiedad pasa simplemente de
capitalistas individuales añ 'capitalista colectivo' (para usar la frase de
Engels) es decir el Estado de los capitalistas? "

La influencia de la Liga de los trotskistas y del GTMM era insignificante frente al propio crecimiento que había tenido el PCM en los 30 y desde luego al demoledor control político y diplomático que ejercía el cardenismo en torno a ellos.


Al finalizar los años 50, la alianza con el gobierno y la errada política de "Unidad Nacional" seguida por el PCM terminó por darle la puntilla a la izquierda en ese periodo. El propio gobierno viraría a la derecha en los gobiernos siguientes de Ávila Camacho, Miguel Alemán y Adolfo Ruíz Corttines. Aparecería el el escenario un elemento más: el anticomunismo y su expresión más evidente en la guerra fría, la política alemanista llamada mexicanización que implicaba el ataque contra toda doctrina que el gobierno mexicano que no se distinguía mucho por su criterio consideraba "extranjerizante".


La izquierda mexicana perdió en definitiva la influencia en la Confederación de Trabajadores de México y pasó de un papel "protagónico" en la alianza con el Estado a ser grupúsculos con escasa influencia en la política nacional. El propio Lombardo Toledano tuvo que fundar un partido propio para sostener su actividad. El Partido Popular que más tarde se llamó Partido Popular Socialista, cuyo registro contribuyó a la legitimidad electoral del Estado en la época del monopolio del partido oficial. PAN, PRI, PARM y PPS fueron el régimen político con el cuál el Estado mexicano mantuvo su legitimidad.



La izquierda no podía mantener esta situación si no quería desaparecer defintivamente como opción política en nuestro país, el problema es que en los 40 había sido desplazado Hernán Laborde y Dionisio Encinas que era un verdadero analfabeta y títere de la URSS, no tenía la posibilidad de incidir en las luchas más allá de las propias consignas con la que la embajada de la URSS en México se imponía.


La Expulsión de Laborde y Valentín Campa llevó a la creación de una de las posibilidades independientes en el país. El Partido Obrero Campesino de México, el POCM y más tarde el esparaquismo en los años 60. La acción jamás dependió de la relación del PCM y el gobierno, menos cuando el propio PCM fue marginado del régimen. La izquierda social en México siguió el curso de las luchas obreras entre finales de los años 40 y finales de los 50, cuando el movimiento ferrocarrilero de 1958 cuestionó y corroboró en definitiva la existencia histórico del Partido Comunista en México.




Vale la pena hablar de la izquierda social en este periodo.





domingo, 1 de marzo de 2009

George Orwell y su antiestalinismo





"Doce voces estaban gritando enfurecidas, y eran todas iguales. No existía duda ahora de lo que sucediera a las caras de los cerdos. Los animales de afuera miraron del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible discernir quién era quién"


George Orwell. La rebelión en la Granja (1)



Es curioso que algunos confunda a Orwell con un anticomunista o que los anarquistas lo asocien a un pensamiento ácrata. La explicación de porqué Orwell se vuelve reacio a las corrientes de burocratización se explica en la propia tradición del pensamiento socialista de los años 30 y particularmente en las críticas del socialismo a la burocratización socialdemócrata. Orwell padeció la persecusión del gobierno británico.



Orwell no parece ser ni antibolchevique, ni anti leninista, sino antiestalinista. Militó en los hechos en las brigadas internacionales, al lado del Partido Obrero Unificado Marxista en la guerra civil española. Por lo que a Orwell no puede considerarsele un anticomunista de ninguna manera.



La burocratización y el elevar élites de hombres por encima de los demás no es sólo una preocupación anarquista, el pensamiento autogestionario también tiene vertientes marxistas. El marxismo, como hemos establecido aquí no ha sido homogéneo, responde fundamentalmente al desarrollo del propio sistema capitalista y expresa también sus contradicciones.



Entre las vertientes de crítica a la burocratización estalinista y a su autoritarismo, tenemos no sólo a los anarquistas, están también los trostkistas, la sociología socialista con Robert Michels y también las diferentes corrientes de la izquierda comunista como Karl Körsch, Anton Pannekoek, Paul Mattick y otros, que no compartieron el hecho de que una élite suplante a los trabajadores en el poder y en contra de ellos mismos. Así lo crítica al estalinismo proviene del pensamiento socialista mismo.



Los planteamientos más recientes pertenecen a John Holloway quién nos plantea que la masa no debe destruir y sustituir el aparato antiguo del poder, de una manera instrumentalista, sino construirlo desde abajo. Es decir comenzar una construcción outsider del poder, fuera de las instituciones que configuran el poder mismo y en contra de los intereses de las clases políticas. Estas ideas inspiraron al zapatismo y la formación de poderes alternos como los caracoles. Sin embargo, las consecuencias que tuvo Atenco, la represión en Oaxaca, nos dicen como el poder impedirá que cualquier poder independiente al suyo será atacado por la violencia.



En México la izquierda no ha podido resolver la difícile ecuación de si marcha por la vía social o por la vía electoral, para otras izquierdas como la boliviana, no es excluyente, para los mexicanos parece que sí.


En México tenemos entonces un avance de la derecha en todos los aparatos, el parlamento, los jueces, el ejecutivo, la izquierda probablemente quedará marginada en el proximo proceso electoral, a pesar del desplazamiento de la derecha por el centro, el PRI. Si bien la izquierda no llegó electoralmente, parte de ese descalabro fueron los llamados de sectores sociales de ella misma a no apoyar al movimiento amloísta. Los resultados de esta acción los tenemos en la manera tan prepotente como la derecha mexicana aplastó Oaxaca y posteriormente ha venido revirtiendo todo cuanto derechos laborales, humanos han tenido en sus manos los miembros de las instituciones mexicanas, todo para arriba y nada para abajo.



El PRI, que poco o nada ha hecho para mostrarnos un cambio real, como diría Lorenzo Meyer, es ahora el beneficiario de un incremento de intención de voto por el que no trabajó, simplemente se quedó inmovil para recibirlo en bandeja de plata. La salida en México no fue ni siquiera como la norteamericana, con un cambio radical de política, sino que la gente elegirá a quienes ni siquiera han tenido que demostrarles nada para favorecerlos.



Recordemos que tras el golpe a las pensiones de los trabajadores y la especulación de su dinero se encuentran los votos priístas, que tras los cobros excesivos de impuestos que sufren los asalariados, se encuentra ese PRI por el que votarán en 2009, que los priístas fueron los que aplastaron a los de Atenco, y también a los oaxaqueños. El PRI sin embargo, recibirá en premio el voto del hartazgo del electorado.



Cierto es que hoy la discusión es si votamos o no, también si el no hacer nada cambiarán poco las cosas. Voltear a América Latina, para acabar con mitos y especulaciones. Argentina, Chile, Boliva y Venezuela no tienen regímenes libertarios, tampoco el Brasil de Lula, pero ellos crecen económicamente al triple de nosotros, porqué han sabido sacudirse el modelito impuesto por el consenso de Washington. La ciudadanización y la construcción del poder desde abajo, sirve poco si no contrapesamos a los de arriba, esa es la ecuación que no hemos sabido resolver.



Orwell se vuelve vigente siempre cuando nos preguntamos ¿A quién encumbramos o a quién dejamos que se encumbren? Si somos incapaces de incidir en las decisiones del poder, seremos responsables de lo que suceda con nosotros.


(1) Orwell G.Rebelión en la Granja. México Ediciones Antorcha 1983 p. 159

sábado, 14 de febrero de 2009

El marxismo dogmático y la crítica de la razón dialéctica.

"La nacionalización de los medios de producción y el dominio autoritario del
gobierno ciertamente diferenciaron al sistema bolchevique del sistema
capitalista occidental. Pero esto no alteró las relaciones sociales de
producción que, en ambos sistemas se basaba en el divorcio entre los obreros y
los medios de producción y en la monopolización del poder político en manos del
Estado. No era ya el capital privado sino el capital controlado por el Estado el
que ahora se oponía a la clase obrera y perpetuaba la forma de salario-trabajo
en la actividad productiva, al mismo tiempo que permitía la la apropiación del
excendente-trabajo por intermedio del Estado. Aunque el sistema expropió el
capital privado, no abolió la relación capital-trabajo en la que se basa la
actual dominación de clase. Entonces, sólo era cuestión de tiempo que emergiera
una nueva clase dominante, cuyos privilegios dependen precisamente del
mantenimiento y la reproducción del sistemas de producción y distribución
controlados por el Estado como la única forma realista del socialismo
marxista" (1)

Ya en 1979 Paul Mattick, un marxista de la izquierda comunista alemana tenía clara la visión del capitalismo de Estado que existía en Rusia como forma que desembocó a la revolución rusa entre 1917 y 1927. La derrota de la revolución mundial en Alemania, Hungría e Italia, así como la imposibilidad de extensión internacional a Gran Bretaña, Francia y los Estados Unidos, determinaron la derrota del movimiento obrero internacional.

Parte del uso del marxismo ruso hasta convertirse en una ideología de Estado impregnaron a la teoría rusa, forma regional del marxismo, del planteamiento bolchevique a una concepción dorgmática que fue nombrada por Stalin como el "marxismo-leninismo" y convertida en una doctrina de Estado, de forma oficial , la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.


Parte de la teoría doctrinal del estado ruso convirtió el marxismo en una doctrina que debía divulgarse en el movimiento obrero desde el Estado ruso. Primero Ediciones de Lenguas Extranjeras y posteriormente la Editorial Progreso, se encargaron no sólo de la difusión selecta de las obras de Marx y Engels, sino que elaboraron textos facilitadores de una teoría crítica que aparecía difícil para el común denominador de los obreros y de los ciudadanos comunes.

Como ya había pasado desde la divulgación del marxismo por la II Internacional, la difusión de la obra comenzó a cesgarse bajo el interés de las corrientes reformistas, llamadas más tarde revisionistas, para hacer sobresalir los textos que apoyaban sus tesis y omitir aquellos que parecían cuestionar sus preceptos. La divulgación del marxismo no estuvo jamás exenta de una hermenútica adecuada de la obra y un uso y un abuso de los textos para reforzar y basar posiciones políticas de tiempos posteriores.


La operación teórica del revisionismo consistía en no sólo hacer una selección de textos, sino de divulgar el marxismo a través de textos "facilitadores", dónde no sólo se adulteraba el sentido original, sino que se proponían tesis que reducían de manera extraña el planteamiento de Marx. La justificación a estas operaciones recayeron en una metafísica del tiempo y no en una operación crítica de fondo. Se trataba de omitir lo que no les gustaba o no favorecía su pensamiento diciendo que los tiempos de Marx eran diferentes y que ahora se vivían "nuevos tiempos". Así que Kautsky, Bernstein y otros adaptarían y desarrollarían la teoría a los nuevos tiempos. Esta visión con mayor purdencia la emprendieron también marxistas intachables como Vladimir Ilich Ulianof (Lenin), Rosa Luxemburg y Lev Davidovich Braunstein (Trotsky).


El trabajo crítico-comparativo entre la obra de Marx y sus seguidores posteriores ha arrojado diferencias que distancian la obra inicial de obras posteriores en determinados conceptos, algunas veces de forma positiva, algunas veces en retroceso. Esta misma tensión permite repensar el marxismo mismo y valorar sus aportaciones. A tal grado ha llegado la necesidad de diferenciación del pensamiento que los estudiosos de la obra de Marx suelen usar el neologísmo de teoría marxiana para ubicar la obra inicial y marxismo para calificar a las obras posteriores.


Para la Segunda Posguerra del siglo XX, el pensamiento crítico y la inteligencia euoropea no podían seguir aceptando que el pensamiento crítico de Marx se reducía a 3 leyes fundamentales y a 5 categorías, como lo proponía el marxismo-leninismo en obras como Fundamentos de filosofía de V. Afanasiev o en planteamientos similares que se realizaban en el "manual de divulgación" de Politzer. Ninguno de los filósofos de la talla de Walter Benjamin, Ernst Bloch o el propio Korsch, podía ver en la doctrinal soviética sino un planteamiento reduccionista mecánico.


A la divulgación del marxismo a través de manuales, se le denominó la vulgarización del marxismo y al marxismo estalinista y algunas de sus derivaciones como el trotskismo, el estalinismo chino (maoísmo) comenzó a llamarsele indiferenciadamente marxismo vulgar o marxismo dogmático. La doctrina oficial marxista del Estado ruso dejó de ser respetada entre los intelectuales europeos del siglo XX.


Las resoluciones del XX Congreso del PCUS, y la desestalinización vinieron a confirmar que el estalinismo había sido un elemento represivo y dogmático contra el marxismo. En esa transición se liberaron obras que no habían sido leídas en América Latina como la Crítica al Derecho de Hegel, la Cuestión Judía y otras obras, dónde Marx se deslinda del estatismo y marca la crítica marxista al Estado. A tal grado fue esta revolución de refresco de las obras de Marx, que se produjeron cismas como el movimiento espartaquista mexicano que hemos reseñado. Mattick acudió en 1978 a la Universidad Autónoma Metropolitana dónde declaró con todas sus letras.

"La Unión Soviética y China son agencias burocráticas contrarrevolucionarias"

Es en ese contexto, que desde los años 50, los intelectuales críticos vienen hablando del marxismo vulgar, para referise al marxismo estalinista de la Unión Soviética. El enfrentamiento no sólo se dio contra Herbert Marcuse en los 60, sino CONTRA el propio Jean Paul Sartre, que dedicó dos de sus principales obras a debatir con los "marxistas" soviéticos. La crítica de la razón dialéctica y un ejercicio práctico para mostrar la incapacidad del marxismo dogmático para entender las singularidades: El idiota de la familia que es un estudio sobre Flaubert.

JP Sartre fue un militante del Partido Comunista Francés, del cuál comenzó a distanciarse contra lo que denominó la dialéctica dogmática. (2) Debemos entender el dogmatismo del marxismo ruso y su visión fija de conceptos para entender lo que es el mundo, lleva a un pensador crítico de la complejidad de Sartre a cuestionar sobre si el mundo puede entenderse mediante conceptos preconcebidos y cerrados. El determinismo de la doctrina rusa y su falta de reflexión sobre el papel del sujeto que piensa y actúa en las acciones, lleva a Sartre a realizar un conjunto de preguntas. En La crítica de la razón dialéctica busca un acercamiento con el marxismo de Marx y rechaza el determinismo mecánico propio del estalinismo.


El marxismo no es un pensamiento que establece una visión preconcebida, como toda dialéctica crítica se ubica en la tensión entre las singularidades, las totalizaciones y el pensamiento que las produce. Por ello, es inaceptable la reducción de la historia a conceptos preconcebidos y no abiertos como lo realiza el estalinismo ruso. Sartre en su obra lanza más preguntas que respuestas y ello se debe a que es perfectamente conciente de que la realidad es una tensión entre la existencia humana y el mundo.


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(1) Mattick P. "Marxismo: Ayer, hoy y mañana" en Nueva Política Volúmen II, núm. 7 México DF 1979. p. 10. Paul Mattick fue un obrero industrial que participó en su juventud en la revolución alemana entre 1918 y 1923, miembro del Partido Comunista Obrero de Alemania (KAPD) y posteriormente en el exilio colaborador de la Izquierda comunista alemana en el exilio. Junto con Anton Pannekoek, Karl Körsch y otros elaboró la revista Internacional Council Corresponadance, Living Marxism y News Ensays. Uno de los principales críticos a la teoría económica keynesiana en su textos Marx y Keynes editado en México por editorial ERA y Crítica a la teoría económica contemporánea en la misma editorial.

(2) Ver al respecto "A. Dialéctica Dogmática y dialéctica crítica" en La crítica de la razón dialéctica España Obras Completas en dónde dice "¿Se acusará de idealismo la preocupación por fundar la dialéctica marxista de otra manera por su contenido, es decir, de otra manera que por los conocimientos que ha permitido adquirir? p. 1073

sábado, 31 de enero de 2009

La indolencia es violencia social

"A mediados de los ochenta, Anders renegó del pacifismo en el que había militado toda su vida de forma tan activa y argumentó que la única solución era la violencia. “Hemos hecho todo lo posible por convencer al mundo y está claro que no vale de nada”. “El mundo no está amenazado por seres que quieren matar sino por aquellos que a pesar de conocer los riesgos sólo piensan técnica, económica y comercialmente”. La economía capitalista ha llevado el planeta a un callejón sin salida4. La situación es tan grave que, hoy día –plantea Anders- el recurso a la violencia por parte de los movimientos antisistema debe considerarse, sin más, legítima defensa. "


Carlos Fernández Liria



La violencia es un fenómeno difícil de comprender, no deviene de una actitud voluntaria y errónea, sino de condiciones realmente complejas que la disparan. La violencia no existe en las almas, sino en las circunstancias en las que se desenvuelven los hombres.



No es la condena, o los discursos morales, los que detienen la violencia, sino la solución de los problemas que la disparan y la generan. La amenaza no está en quienes se defienden, sino en aquellos que colocan las circunstancias para que los hombres, las comunidades tengan que defenderse.



La mayor generadora de la violencia social, es la indolencia y el desprecio. Cuando condenamos a los oaxaqueños a aceptar la injusticia y a callar, despreciamos los motivos de su dignidad y su necesidad de no ser agraviados moralmente.

La quiebra material de quienes son indolentes, es un problema ético y es un problema social que admite la violencia contra los demás, como si en la violencia, no estuviesemos en peligro nosotros mismos. Tarde o temprano, quién justifica la violencia contra las comunidades, tendrá la violencia contra su propia comunidad.



La frase "si se ve polvo, es que estamos limpiando la casa" emitida por el Felipe Calderón en Davós, muestra el profundo desprecio por las miles de vidas humanas que han perecido en esa guerra civil que libra el gobierno, por "librar" a los consumidores norteamericanos de las drogas que pasan o se producen en nuestro territorio nacional. Es polvo, las vidas humanas cegadas por esa guerra. Frente a la pérdida de más de cinco mil vidas mexicanas, el presidente de México se refiere a ellas como "polvo".



Una violencia así puede volver predestinada y terrible la frase "Polvo eres y en polvo te convertirás", la violencia ronda la comunidad mexicana y nadie estamos libres de ella. Cuando la muerte ronda, todos estamos en peligro.

martes, 6 de enero de 2009

Hace 15 años

Los mexicanos nos sentimos orgullosos del ejemplo de los zapatistas




Ahora los zapatistas deben encontrar también un camino común que nos orgullo a todos los mexicanos y nos de respuesta a la necesidad de un cambio de fondo en México. Nadie puede hacerlo solo.

GBN

sábado, 3 de enero de 2009

¿Qué es la organización nacional El Yunque?

Por Internet, en los medios de comunicación, los del yunque no se presentan como miembros de ese organismo, lo ocultan, se presentan como ciudadanos comunes y buscan sabotear, desviar, desvirtuar, calumniar, cualquier propuesta política que surja de la izquierda o de cualquier ciudadano progresista del país.

No es difícil dar con su planteamiento de fondo. Son anticomunistas, anti judíos, contra la masonería, opositores ferreos a las organizaciones feministas y de la diversidad sexual. Odian a López Obrador, al que dedican horas para desprestigiarle, se activan en los procesos previos electorales para que usted vote por el PAN. Son los defensores del gobierno y de los privilegiados en México.