miércoles, 10 de diciembre de 2008

El nacimiento del "priísmo" Desde el Partido Nacional Revolucionario al Partido Revolucionario Institucional.

El grupo triunfador de la revolución mexicana fue el grupo sonorense. Como en toda revolución armada, el presagio de que la revolución es hija de saturno, pues devora a sus propios hijos, fue un presagio que también se cumplió en la revolución mexicana. La eliminación de Zapata el 10 de abril de 1919 en Chinameca, Morelos; el asesinato de un Francisco Villa en Parral; la muerte de Venustiano Carranza en Tlaxcalantongo, Puebla; la propia muerte de Obregón a cargo de la recién estrenada ultraderecha mexicana en la Bombilla, en San Ángel.

Pero las peores depuraciones de revolucionarios, del grupo vencedor tuvo dos momentos. La rebelió De la Huertista en la que asesinaron revolucionarios de la estatura de Salvador Alvarado o Benjamín Hill y el asesinato de los opositores a la reeleccción, duante la comida del Gral. Serrano en la carretera cerca del pueblo de Huitzilac. Martín Luis Guzmán la dejó para la posteridad en su famosa "La sombra del Caudillo"

Aquí tenemos de izquierda a derecha a los presidentes que reconstruyeron al Estado nacional, de izquierda a derecha Álvaro Obregón, Plutarco Elias Calles, Emilio Portes Hill, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo Rodriguez y Lázaro Cárdenas

Lo que sacrificó Plutarco Elías Calles, fue exáctamente a los gobiernos democráticos. Nadie puede negar que reconstruyeron el Estado, que monopolizaron de manera autoritaria y paternalista el poder, y mantuvieron una hegemonía en la que lograron separar y hacer obedientes a un movimiento obrero, a un movimiento campesino, al movimiento popular, a los veteranos de la revolución y al movimiento empresarial. Que ello dio la posibilidad de crear instituciones que fueron la base de apoyo para que el proceso de industrialización se consolidara en la década de los 40 y 50.

Pero en política, la forma es fondo. Lo hicieron cancelando el libre juego democrático de la sociedad, retrasando el proceso de maduración política hasta la década de los 60, generando en sus gobierno corrupción, autoritarismo y antidemocracia. Los procesos electorales fueron una pantomima en la que el Partido Oficial hacía trampa a pesar de que no la necesitaba, pues ningún instituto político nacional era capaz de ser adversario al partido que el gobierno organizaba y financiaba.

Se ha discutido mucho sobre si lo que se creó fue un régimen político de partido de Estado. Los teóricos de la ciencia política como Maurice Duverger o Sartori coinciden en que no fue así. Un partido de Estado es como el Partido Nazi en Alemania, el Partido Comunista en la URSS, o el Partido Comunista en China. No hay opciones electoriales, las elecciones se dan dentro del partido de Estado y todas las instituciones se alinean a él.

En México el Partido del gobierno hegemonizó a la sociedad y permitió institutos políticos. Suprimió en un primer momento los partidos regionales y los conglomeró en el Partido Nacional, en el PNR. De esta forma, las regiones se sumaron a un instituto dominante. Duverger por ejemplo lo denomina régimen de partido dominante y Sartori régimen de partido hegemónico. Para hacerlo ahogaron a la democracia, que se constituía por partidos nacionales independientes, luego por partidos locales independientes y finalmente por candidatos independientes.


La maquinaria electoral del PNR incorporó al movimiento obrero, al principio a través del juego de la CROM, hasta la creación de la Confederación de Trabajadores de México, la CTM cuya formación fue en gran parte por el trabajo de la izquierda, el PCM. y el representante de la URSS en México, Vicente Lombardo Toledano. El movimiento campesino también fue organizado por la izquierda al comienzo, por las Ligas Agrarias del militante comunista, Úrsulo Galván. La oposición al movimiento campesino agraista fue el de los clase medieros del bajío, grupos que fueron influenciados por la organización ultra derechista, Unión Nacional Sinarquista.

El centro moderado, el PRM luchó, más que contra una burguesía opositora a su gobierno, con grupos agrarios de origen católico que se oponían a la consolidación del Estado laico, a la extensión de una educación laica y gratuita estatal para todos los mexicanos, a la aplicación de programas avanzados inspirados en el humanismo de Jhon Dewey que incorporaba a la educación, la comunidad y temas de libertad de las mujeres como la educación sexual। Así como el avance de la ciencia a través de las universidades públicas.




El PRI se hubiese fortalecido más si hubiera traducido los grupos del poder y la sociedad en un juego que se fuese abriendo paulatinamente. Pero la democratización no llegó a pesar de que comenzó a existir tres oposiciones. Una de derecha representada por el entonces débil Partido Acción Nacional fundado en 1939 y posteriormente el deslinde de la izquierda más colaboradora en el Partido Popular, devenido en el Partido Popular Socialista. En la próxima entrega reflexionaremos sobre la aparición de la ultra derecha mexicana.

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