martes, 23 de diciembre de 2008

La Reforma liberal de 1857, el triunfo de Calpulalpan y la batalla del 2 de abril de 1867 son los triunfos históricos de la Izquierda liberal.

Los liberales mexicanos fueron partidarios de legislar las reformas que el país necesitaba en ese momento para instaurar un Estado y tratar de modernizar al país. Como en muchas otros periodos de la Historia, la izquierda concurrió a su cita para empujar el cambio al lado de la derecha conservadora, cuando ambas fuerzas nacionales decidieron realizar la revolución de Ayutla encabezada por Juan Álvarez.
La revolución de Ayutla presentó una excelente oportunidad, para que Santa Ana saliera de la escena y por pimera vez en la historia mexicana se prosguiera la construcción de un proyecto pacífico de Estado, mediante los canales parlamentariosy a través del diálogo. Si en lugar de las armas y la guerra fraticida, la revolución de Reforma hubiese sido como la revolución gloriosa inglesa, dónde la gloria no radicaba en el triunfo de unos sino en el acuerdo de todos, el país habría evitado el derramamiento de sangre mexicana.
En varias ocasiones en la Historia, conservadoresy radicales se han puesto de acuerdo para empujar los cambios que el país necesita. La revolución de Ayutla fue una de esas ocasiones.
Pero Álvarez cansado de los desprecios de la Ciudad decidió dejarle el poder a Ignacio Comonfort, un liberal moderado, desatendiendo que el Consejo del Plan de Ayutla había designado a Valentín Gómez Farías ya otros para designar al Presidente. Álvarez en la prisa por irse, dejó a Ignacio Comonfort al frente, lo que significó que la carencia de instituciones democráticas y las decisiones personalizadas, culminan siempre en grandes problemas que puede tener el gobierno.
Las reformas a la Constitución adoptaron no sólo las medidas liberales de propiedad, libertad de trabajo, desamortización de las propiedades en manos muertas, también incorporaron los derechos del hombre en el capítulo de las garantías individuales de la misma. Paradógicamente la expropiación de las comunidades indígenas, sería una medida de la que se aprovecharon los poderosos y que daría origen a la raices de la rebelión campesina durante la revolución mexicana

Los conservadores no aceptaron lo que por la via pacífica se había aprobado y decidieron una vez más dar un golpe de Esado para impedir su aplicación. Una vez más el país fracasaba en la posibilidad de encauzar por las instituciones el conflicto y se fue a la guerra. Fue la derecha, una vez más y no la izquerda liberal quiénes inclinaron la balanza a favor de la guerra.
Fue la izquierda la que respetó la Ley, Juárez asumió la Presidencia del país, por ser de acuerdo a la norma, el Ministro de la Suprema Corte de Justicia. La rebelión conservadora puso al país en la senda de la guerra. Los conservadores poseían al ejercito profesinal del país, mientra que los liberales fueron apoyados por el pueblo más bajo que en la práctica del combate, pasaron de ser hombres pacíficos del campo a soldados de una República que culminó venciendo a los miltares en la Batalla de Calpulalpan Estado de México el 21 de diciembre de 1860.
Los conservadores aprovecharían la bancarota del gobierno y se aliarían con Napoleón III y la dinastía de los Habsburgo. Con todo el poderío del ejercito francés. Un gobierno sin el apoyo del pueblo habría sucumbido ante el ejército más poderoso del mundo en ese momento y ante el gobierno conservador que había ocupado la capital. Los ejercitos Republicanos perdían las batallas contra el ejército del Mariscal Bazaine y los caciques locales como Santiago Vidaurri se enriquecían con las corruptelas que le permitía el Imperio.
Más la resistencia republicana no sería en balde. En las montañas y en los desiertos, el gobierno republicano de Juárez resistió, hasta que el cambio de correlación de fuerzas le permitió retomar la iniciativa. Como los vietnamitas, un siglo después, Juárez resistió con la guerrilla al ejercito francés y cuando el ejército francés tuvo que retirarse por las presiones de Prusia sobre su territorio, dejó al Emperador sólo, para que el pueblo mexicano decidiera por soberanía.
Mariano Escobedo fue derrotando a los imperialistas en Querétaro, mientras que Porfirio Díaz cortó la retirada al Emperador al tomar Puebla el 2 de abril de 1867 y avanzar sobre la Ciudad de México. La suerte de Maximiliano estaba echada, el triunfo de la República fue el triunfo de un pueblo que nunca se doblegó ante la adversidad. Veremos en nuestra siguiente entrega los problemas del progresismo para construir instituciones sólidas, y el peligro del caudillismo.

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